Ya las cosas no son como antes. Parece la sentencía de alguien que añora épocas antiguas, pero en lo que respecta a los partidos Athletic Club de Bilbao-Real Madrid disputados históricamente en San Mamés, solo haré referencia a la última época, aquella que de mediados de los noventa a esta parte ha vivido varias fases de intensidad y tendencias vicotriosas para unos o dinámicas derrotistas para otros. El Madrid desde siempre ha tenido varios campos malditos, por el empuje de la afición rival y el supuesto odio que se les profesa, a los que ha temido en demasía. Pamplona y Bilbao sugieren escenarios de duelos a muerte, de los que el equipo grande ha sabido salir airoso en muchas ocasiones.
Con respecto a la capital vizcaína, aún no entiendo este miedo. Como todo aficionado del Athletic, siempre se tiene al Madrid como un equipo casi imabtible, de una potencia y pegada que a menudo se atragantaba a los leones. Hace unos diez años y hasta hará unos 5 años, coincidiendo con la época dorada de los Julen Guerrero y Joseba Etxeberría, más alguna ayuda puntual en campañas sueltas de Isma Urzais, Santi Ezquerro o Tiko, siempre flotaba en el ambiente de San Mamés la sensación de que se podía ganar al Madrid e incluso se dieron gestas de grandes remontadas (lo mismo al Barça), pero últimamente dichas posibilidades, es decir, ganarle al Madrid, remontarle e incluso jugar bien, parecen descartadas para los jugadores bilbaínos, no así para los hinchas rojiblancos.
Si hubiera que medir estos duelos por el mero hecho futbolístico, nos llevaríamos tal paliza que mejor sería no slatar al campo. Pero esta alegría que me da el hecho de que el futbol no sean matemáticas exactas y que el pequeño de vez en cuando pueda comerse al grande, me embajona sobremanera, porque no hay nada más triste que recurrir al factor presión y al ambiente extradeportivo para batir al poderoso, como en esas ocasiones que en ajedrez y en partidas a tiempo el débil y el que pierde clamorosamente se esconde y alarga la partida cobardememente para acabar ganado por tiempo. Como diría el gran Jose María García: "qué pena... y qué triste".
Que yo no os etiendo, madridistas, cuando venís acojonaos a Bilbao, si llevaís años de tendencias victoriosas aquí, y mal que me pese, sois muy superiores. Hay años en que la fase de la temporada en la que toque el partido puede hacer que uno u otro estén jugando mejor y se vean partido espectaculares, caso del año pasado, donde ambos equipos jugaron al ataque. Del árbitro ni se habla antes del partido (como si fuese un pacto entre caballeros), pero una vez concluido el partido, seguro que el trencilla y su actuación salen a colación, y más este año, donde la teoría del villarato es un mini-género que puede alargarse y enrevesarse como cualquier buen chicle.
Deportivamente, las armas blancas todo el mundo las conoce. Con Higuaín lesionado, Benzema seguro que se muere por reivindicarse, mientras que Cristiano, a quien seguro martirizarán las gradas, siempre tiene hambre de gol y Kaká no puede permitirse el lujo de no ser uno de los cracks del equipo. Y por no dirigirme al banquillo, donde ese chileno que rige los designios de la neo-galaxia blanca, siempre que pasó por Bilbao con el Villarreal nos goleaba inmisericordemente. Respecto a los leones, la baza goleadora de Llorente es fácilmente taponable, pero como tenga un buen día, es nuestro crack y algún destello seguro que deja. Después, si Yeste está en el campo, yo siempre estoy tranquilo, podrá ser un pasota pero si se motiva y le da por jugar... bueno según pensaba como terminar la frase, me di cuenta de que Fran "ya no está pa ná", aunque no esté acabado, pero mejor no ahondo en ello. Y finalmente, nuestra nueva joya de 17 añitos, Muniain, apunta a suplente y a revulsivo en el segundo tiempo.
Si el Real Madrid más o menos ya le tiene tomada la medida a San Mamés (creo que desde un 4-2 con dos goles de Del Horno en 2004 con Valverde en el banquillo no pierden los blancos en Bilbao) y sabe gestionar la presión ambiental, el único futbolista que corre serio riesgo de algo es el portero blanco. Desde siempre ha habido un rival fetiche al que incordiar, como Michel o Guti, pero lo de Casillas ya roza lo vergonzoso. Iker debutó precisamente en este estadio y Guerrero lo bautizó con un golazo de falta. Transcurriendo los años, viendo que se convertía un jugador insignia del madridismo, en Bilbao se empezó a 'tocarle las pelotas' y progresivamene la violencia contra su persona iba creciendo, caso de petardazos y tornillazos injustificables.
Hasta llegar al duelo del año pasado, donde desconozco si se vió a un Casillas inédito o al verdadero Iker. Porque mucho se habla de lo buen tipo que es, de la simpatía que irradia, del carisma que desborda y del jugador ejemplar que parece ser, pero el año pasado o se coló o se retrató asimismo: con el Madrid ganando cómodamente por 0-2 y dominando absolutamente el partido, en el minuto 40 el Athletic intenta el típico arreón para acortar distancias; Sneijder pierde un balón en la frontal del área por un precipitado pase del propio Casillas por querer poner la bola rápidamente en juego y ante una disputa al balón con David López, el holandes se tira al suelo y allí se queda quejándose; como el partido empezó bronco y con muchos codazos por parte de ambos equipos (el Madrid repartió bastante más leña), los bilbaínos consideraron que Sneijder solo intentaba perder tiempo y frenar la acometida local, por lo que Yeste no lanzó el balón fuera, siguió el juego, se buscó en el frontal del área una buena posición de chut y con su zurda de seda cuando quiere, lanzó un buen disparo que Casillas convirtió en paradón pero el rechace llegaba en banda derecha y casi en el mismo área a David López, quien centraba rasa en busca de algún delantero, pero que Heinze que llegaba en carrera a tapar el hueco convirtió en autogol.
Y entonces fué donde explotó el dulce Iker: de nunca se le conocía ningún desprecio a los rivales ni ninguna desconsideración con nadie, pero he ahí que Casillas juzgó oportuno dirigirse en tono grotesco, llamando repetidamente 'Hijo de puta', a Yeste, quien claro, como tiene menos luces que un barco de contrabando, cayó en la trampa tendida por Casillas y le propinó un empujón al pecho. El madridista, viéndose agredido, se lanzó al suelo cual si le hubiera dado un superpuñetazo el mismísimo Mike Tyson, y fingía dolerle el rostro. En la consiguiente tangana Yeste fué expulsado y entre mútiples empujones con jugadores tan marrulleros como Pepe, Heinze o Sergio Ramos, solamente Ocio vió la amarilla.
En un arranque de casta empataríamos al filo del descanso a 2 con testarazo de Llorente, pero uno menos y la clase de un cazagoles como Huntelaar dejaron la cosa en goleada visitante a lo largo de la segunda parte. La secuencia de la provocación de Casillas está más abajo pero la cuestión no está en defender a Yeste sino en calibrar quien demonios se creyó Casillas en ese momento para llamar 'hijo de puta' a un jugador rival en casa de este último, ¿o es que acaso debo de tolerar que alguien me insulte en mi propia casa cuando son ellos los que usan artimañas?
Pero sé que perdimos y no precisamente solo por esto, sino por otro cúmulo de cosas. Escribiendo este alegato me calente y me dí cuenta de una cosa: sigo pensando en la desbordante superioridad de los blancos y hasta ahora iendo de honestos no se ha sacado ningún rédito contra los blancos. Este año me da que los de Pellegrini no necesitarán tal estrategia y aunque Caparrós sea un entrenador muy resultadista, dudo mucho que aplique también esa fórmula. Solo cabe pedir una cosa: que no haya goles, que sea un 0-0 aburridísimo y que todos nos durmamos viéndolo, tanto los del campo como los telespectadores. Sería novedoso y añadiríamos otro punto de vista más a este choque de históricos, porque aunque nunca se esté todo visto, hasta ahora sí que se vivieron las más diferentes emociones y sensaciones, fubolísticamente hablando, ¿no? Ni de coña, que el partido sea todo lo contrario a esto último que expuse, por favor.
http://www.youtube.com/watch?v=PgUwVEC6FQ4
La 'Catedral del fútbol' siempre impone Carlos por muchas estrellas rutilantes que vistan la camiseta blanca...
ResponderEliminareso ya lo sé, pero los profesionales deberían estar por encima de esas cosas, yo creo que lo estan y por eso siempre nos machacan luego, solo que dicen sentir respeto para confudirno, jejeje
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