Ni el mismísimo Curro Segura, preparador de generosos, estaba seguro de poder presumir de 5 victorias a estas alturas: “Cuando llegué a Galicia en verano no había ni club. Hay que agradecérselo al Apóstol y a la afición”. Xacobeo Blu-Sens Obradoiro es el proyecto deportivo más arriesgado que se ha podido ver en mucho tiempo. Gracias a una sentencia tardía pero justiciera, un equipo que la temporada pasada militaba en Primera Nacional (lo que sería regional preferente en orden futbolístico),deja el chandal por la corbata y sube hasta los rascacielos de la ACB.
Pero claro, el juzgado no aporta la financiación que una locura de estas magnitudes le supondría a cualquier entidad. Pues bien, los directivos más soñadores del año consiguieron en un trabajo contrarreloj los patrocinadores y el apoyo institucional necesario para plantar un árbol que da frutos nada más brotar. Debe tenerse muy en cuenta lo que implica hacer un equipo completamente nuevo y de la nada. Explicado clara y llanamente, se trata de coger a 12 tíos que no se conocen de nada, venidos de muy diversos lugares, presentarles, explicarles un poquito cómo funciona la justicia española, y ponerlos a jugar.
Siendo francos, ningún aficionado a este deporte de la canasta (entre los que me incluyo), daba un céntimo por este grupo. Pero, qué les voy a contar! Nos están callando la boca a todos y cada uno.
Después de un inicio dubitativo, se pasó a conseguir algunas victorias contra rivales directos por evitar el descenso y otros que no tanto, como el Unicaja, que poco a poco está volviendo a su sillón.
La mecha definitiva que ha encendido de nuevo la pasión por el baloncesto en Galicia se prendió este pasado domingo. Un Madrid sin Sergio Llul, cada vez más importante, tuvo la mala suerte verse en medio de las llamas. Un Xacobeo sin Marc Jackson, un señor pívot, espoleado por una motivadísima afición que hacía décadas que no se veía por esos lares, fue cargado de bidones de gasolina como para quemar Troya.
De tú a tú y con prórroga incluida, los de Messina escribieron su primera cruz este año en la competición doméstica. Lo hicieron en el Multiusos do Sar, que puede ser el germen de algo histórico. El escenario donde la lógica parece no tener razón.
Mucha suerte a Ettore y sus chicos, que a pesar del bajón yo sí estoy seguro de que lo harán bien. Pero lo importante en Compostela fue el ambiente que se olía, porque Galicia vuelve a respirar baloncesto. Ya era hora.
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