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sábado, 5 de diciembre de 2009

La crónica, champagne y un AS de póker...


De pronto aparece un señor todo vestido de naranja, como un hippie de los años 60’s. El hombre te sorprende tácitamente con su esplendor, sobre todo cuando ves que a su alrededor sólo hay tíos vestidos de Gianni Versace.
El tío de naranja pide champagne… mientras que el cantinero, de nombre Santiago, le responde que no tienen champagne. Asombrado y con tono irónico, el hombre naranja expresa “¡joder pero si viene Florentino a esta fiesta!, ¿cómo que no tienen champagne?; inmediatamente y con una sonrisa pícara, Santiago, el mesonero amigable, le responde con sarcasmo “la champagne le gusta es a Laporta, a Florentino sólo le gustan las cervezas y el vino, que es lo que hay”.
Cosas así se ven en la entrega de premios AS, que aunque en un intento de crónica se traten de describir, de seguro quedará efímero el intento, porque en una gala de éstas, suceden hechos que están fuera de lo común y que nunca serán contados.
Lo que sí está claro, es que de crónicas pocos saben y muchos creen que ya lo saben todo. No lo digo sólo por lo que pienso, sino por lo que en esta semana aprendí y me hicieron saber Iñako y Mr. Trueba, que para ser sincero y sin la estupidez de halagar a alguien para quedar bien, me parecieron dos grandes profesores, aunque ni ellos mismos se creen que lo son.
Uno tímido, casi abrumado, quizás introvertido pero que no se distingue de lo que es un escritor y un artista de las letras, esos que no te dicen palabras pero te las dibujan en un papel con una pluma. El otro… apasionado, inteligente, poseedor afortunado de la cualidad del equilibrio en las edades de un hombre. Me emocionó relatando una pelea de Muhamad Alí contra George Foreman descrita en una crónica por Norman Mailer, mientras al mismo tiempo me colgaba el video de aquel épico combate. Ahí, justo ahí, pude recordar a mi padre casi como si estuviera muerto, porque me congelé en el tiempo recordando a mi padre haciéndome ver videos de Alí cuando era chico, en donde veía aquel hombre que afrontaba la adversidad del mundo por ser diferente a los demás.

A mí no me sorprenden las entregas de premios, porque me abruman las luces y los flashes de cámaras, digamos que me ponen nervioso, pero de que entendí qué significa un ambiente de una premiación del diario AS, sí que lo entendí. La crónica sirve para describir escenarios extraordinarios, sin embargo esta semana aprendí que la crónica es un concepto que divaga en la intemperie, pareciera que viaja por el tiempo en el recuerdo de los más sublimes escritores, donde ha llegado a convertirse hoy en día en algo parecido a un abismo, sin conocer su final; y no es por algo negativo, sino quizás por su modalidad de estilos, por ese amargo uso de la subjetividad… o ¿quién sabe? si quizás porque es un género que apenas está en plena evolución.
Me ubico en mí y es allí donde empieza a caer el primer grano de arena de este tonto reloj. Me ordenaron hacer una crónica del ambiente de un importante evento, en este caso la gala de premios AS, donde como relataba, es un acontecimiento importantísimo para muchos, donde se pueden ver cosas como la inmortal ambición de un presidente como Florentino Pérez en persona, hasta los matices que pinta la guapeza imagen de un Cristiano Ronaldo.
Llegando al lugar con mis amigos, luego de un viaje en autobús lleno de debates y discusiones de fútbol, que tanto nos gusta, puedo decir honorablemente que fui el segundo en bajarme de un autobús sin sentirme apenado de serlo.
Digo esto, porque con energía mi primer compañero del curso, quizás con más cojones que todos o simplemente por ser el más extrovertido, fue el primero que se dirigió hacia la alfombra roja donde sólo pasan Guti, Florentino y Cristiano… Y ahi íbamos todos, como una fila de un kinder hacia Disneylandia, pero tan bien se veía la imagen, que justo resonó la voz de un seguridad exclamando como un guardia soviético “Hey! por ahi no, no pasen por la alfombra roja”, y hasta ahi llegaba nuestro sueño.
Sí, la alfombra roja no es para todos, eso también se aprende en una fiesta importante. Pero lo cierto es que cosas así se respiran en una entrega de premios de un diario reconocido, al igual que se ven estrellas, músicos, escritores, artistas y bla bla bla… pero curiosamente lo que más resalta en estos acontecimientos es lo que sucede detrás de las cámaras y algo es seguro, mientras a unos emocionan a otros aburren, porque también recuerdo la voz de un señor decir “Mejor vamos al D’ Ángelo”, que me hizo pensar que se trataba de un restaurante italiano de pizzas y sabrosas pastas, pero mejor ni cuento de lo que luego me enteré.
Sí, de seguro se viven experiencias así, del target que te hablo, con mil historias más por contar, pero quedan en el olvido porque la sociedad sólo se enfoca en una cosa, en el premio de algún deportista importante (que bien lo merecen), o en aquella rubia que trabaja en la tele.... pero mientras distraemos sólo la atención en eso, no tenemos idea de los momentos que vivieron los verdaderos seres comunes, aquellos que disfrutaron quizá mucho más... desde la perspectiva de un espectador.

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