El Entrefútbol, en dónde la practica no lleva a la perfección

lunes, 21 de diciembre de 2009


Don Pipa


Lo de Gonzalo Higuaín es un merecidísimo premio a la constancia, la perseverancia y la personalidad. Llegó a Madrid con tan sólo 18 años y a los pocos meses de su llegada muchos (“periodistas de prestigio”) se aventuraron a decir que sería carne de segunda división en junio próximo. Es de esos jugadores que no destilan el glamour que tanto entusiasma al aficionado. Su habitual barba de dos días, su aspecto algo desaliñado y su vestimenta terrenal no hacían presagiar que pudiésemos hallarnos ante una futura estrella. Pero a mí siempre me dijo cosas.

Cierto es que en sus inicios marraba multitud de ocasiones, pero resultaba extraordinario su gran facilidad para generarlas. Y eso en el fútbol lo tienen muy pocos. Además nunca le he visto esconderse. Cuanto mayor era la cantidad de oportunidades desperdiciadas, mayor era su hambre por disponer de la siguiente. Llegaron a dedicarle el despectivo apelativo de Igualín, en una irónica referencia a su similitud con Ronaldo.

Tras su fantástica temporada anterior, comenzó ésta en el banquillo. Y es que Higuaín parece ser de esos que tienen que hacer tres veces más que el resto para hacerse con un puesto. Maradona también lo tenía proscrito, pero también tuvo que claudicar ante la evidencia, y el Pipita le respondió regalándole medio pase para el mundial. Aún así, no duden que seguirá habiendo gente que le ponga en entredicho, pero para mí Pipita ya no es Pipita, ahora se llama Don Pipa.

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