Nunca antes una victoria supo tan dulce. Nunca antes un piloto español condujo un Ferrari de esa manera. Nunca antes Fernando Alonso se sintió tan dichoso. Su estampa con los brazos abiertos y mirando al cielo emulando una plegaria lo dijo todo ¡Por fin!
La gesta del asturiano en el Gran Premio de Bahrein entró de lleno en el libro de los grandes. En su primera carrera como piloto de Ferrari conseguía saborear de nuevo las mieles del éxito tras varios años de complicadas carreras al coronarse como campeón de la prueba.
El domingo comenzó soleado. Se auguraba una gran carrera donde los coches más importantes estaban en los primeros puestos de la parrilla. El Red Bull de Vettel salía desde la pole position seguido muy de cerca por el Ferrari de Massa en segunda posición y el de Alonso en la tercera.
Tras una espectacular salida, Fernando fue marcando las diferencias con el resto, incluso con su propio compañero tras adelantarle por el interior en la segunda vuelta.
Tan sólo tuvo que rodar un poco más para en la vuelta 34 alcanzar a Vettel, a quien pasó sin despeinarse, también facilitado por los problemas que el Red Bull le estaba dando al alemán quién finalmente terminó cuarto.
Ganar a la primera está claro que es vital y aunque somos optimistas no podemos lanzar todavía las campañas al vuelo. Hay grandes pilotos, grandes escuderías, leyendas vivas sobre el volante, todavía queda mucha Fórmula 1.
La gesta del asturiano en el Gran Premio de Bahrein entró de lleno en el libro de los grandes. En su primera carrera como piloto de Ferrari conseguía saborear de nuevo las mieles del éxito tras varios años de complicadas carreras al coronarse como campeón de la prueba.
El domingo comenzó soleado. Se auguraba una gran carrera donde los coches más importantes estaban en los primeros puestos de la parrilla. El Red Bull de Vettel salía desde la pole position seguido muy de cerca por el Ferrari de Massa en segunda posición y el de Alonso en la tercera.
Tras una espectacular salida, Fernando fue marcando las diferencias con el resto, incluso con su propio compañero tras adelantarle por el interior en la segunda vuelta.
Tan sólo tuvo que rodar un poco más para en la vuelta 34 alcanzar a Vettel, a quien pasó sin despeinarse, también facilitado por los problemas que el Red Bull le estaba dando al alemán quién finalmente terminó cuarto.
Ganar a la primera está claro que es vital y aunque somos optimistas no podemos lanzar todavía las campañas al vuelo. Hay grandes pilotos, grandes escuderías, leyendas vivas sobre el volante, todavía queda mucha Fórmula 1.
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