El Entrefútbol, en dónde la practica no lleva a la perfección

viernes, 14 de mayo de 2010

De un planeta distinto al del fútbol


De todo el mundo es sabido que el fuerte de los futbolistas no se encuentra en la formación o que su espacio preferido no es la sala de estudio de una universidad (ojo, tampoco es el mío), pero el pasado miércoles quedé impresionado con un deportista, sí, un completo deportista que conoce a la perfección todo lo que es necesario para la formación de una persona profesional en el ámbito deportivo y que, además, está muy interesado, formado y ya se dedica al área de gestión y marketing, a pesar de no estar retirado aún del fútbol, del grande, el de Primera.

Hace algunos años conocí a otro, que también vivió no hace muchos años la gloria de jugar en Primera y de disputar una final de la Copa del Rey con el Recreativo de Huelva, y que compagina el final de su carrera futbolística en su tierra con un negocio familiar montado en las cumbres de la pomposa burbuja inmobiliaria. Dejen de contar, son los dos únicos futbolistas, que no deportistas, que yo he conocido capaces de ver más allá del lujo de las grandes estrellas del balompié.

Digamos que el futbolista toma el permiso de entrar en un planeta distinto al de los mortales cuando logran pasar a cualquier categoría que les aleje de tener que madrugar cada mañana para ir al coñazo puesto de trabajo. Ellos parten todos los días al patío de recreo, aquel que todos disfrutamos cuando contábamos con 15 años en lo que lo importante era decir la burrada más grande.

No me malinterpreten, pero digamos que el futbolista es el único ‘animal’ de la tierra que jamás deja de ser niño, al menos en su puesto de trabajo. Tampoco es que tenga nada contra ellos, tengo bastantes amigos que están dentro de este mundo y algunos que intentan llegar a convertirse en el nuevo Cristiano Ronaldo de turno.

Lo que más me llamó la atención de David Belenguer fue la claridad con la que nos habló. No tuvo ningún problema en tachar, o de dejar caer pero con muchos botes, de malos compañeros a algunos jugadores y ex jugadores del Getafe, así como reconocer toda la basura que rodea a los clubes.

Sin duda, este tipo de personas te aleja por un momento de la visión general que tenemos de los futbolistas. Cochazos, lujos y derroche pueden quedar incluso olvidados conociendo a personas como David Belenguer.

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