Madrid, Alejandro ROZADA
Puntito o puntazo. El resultado de la visita del Sporting a Getafe se puede interpretar de dos maneras. Los más optimistas creen que es un punto decisivo para la permanencia. Los pesimistas, por su parte, opinan que la espera por la salvación matemática se alarga una semana más. El caso es que el equipo de Preciado ya tiene 39 puntos y confirmará su continuidad en Primera si vence la próxima semana al Atlético de Madrid, que afrontará el choque con la mente puesta en la final de Hamburgo. Será una buena ocasión para que el conjunto asturiano ratifique las buenas sensaciones mostradas durante la primera parte del partido disputado en el Coliseo Alfonso Pérez. Sin ninguna duda, la mejor que disputó el equipo gijonés en lo que llevamos de campeonato. La defensa, firme; las líneas, juntas; el centro del campo, apretando, y la novedosa línea de mediapuntas robando infinidad de balones y saliendo con una velocidad endiablada a la contra. Los rojiblancos lo hicieron casi todo bien. Faltó definir ante la meta defendida por Codina pero el tanto conseguido por De las Cuevas puede valer su peso en oro.
La decisión de Manuel Preciado de dejar en el banquillo a Diego Castro, posiblemente el mejor jugador del Sporting, sentó mal a un amplio sector del sportinguismo. Es uno de esos lujos que tanto le gusta permitirse al entrenador cántabro de vez en cuando. La apuesta le salió bien y De las Cuevas, que llevaba unas semanas de bajón, no defraudó a su jefe. Aprovechó un error clamoroso de Mané en la salida del balón y mandó desde 25 metros un derechazo imparable. El equipo de Míchel no existía sobre el terreno de juego y sólo se libró de la quema un activo Soldado, al que le anularon un gol por fuera de juego. Nada más se puede rescatar del rendimiento ofrecido por el conjunto madrileño durante el primer acto. Y el Sporting pagó caro no haber finiquitado el encuentro en ese periodo. Al inicio de la segunda parte, Pedro León le ganó la carrera a José Ángel, puso un centro medido al corazón del área sportinguista y allí Soldado rubricó la jugada con una chilena espectacular que se coló por la escuadra de la meta defendia por Juan Pablo. Un remate acrobático que recordó a las tijeretas de Hugo Sánchez y Rivaldo. Ese golazo encendió los ánimos del Coliseum Alfonso Pérez. Los hinchas del Getafe se vinieron arriba y enmudecieron los cánticos de los 300 sportinguistas que, hasta entonces, habían ganado la batalla de las gradas. La caldera se calentó aún más después del cabezazo que envió Adrián al larguero y del paradón que Juan Pablo le hizo a Soldado a bocajarro. El Sporting se atrincheró para aguantar el tirón hasta el final del encuentro y sólo una diagonal del canterano Lora llevó algo de peligro a la portería getafense.
Después de 8 partidos sin conocer la victoria, el Sporting confía en rubricar ante el Atlético una permanencia que ya tiene encarrilada después de los dos empates cosechados ante Málaga y Getafe. El sportinguismo confía en que se termine la incertidumbre y se de el paso definitivo hacia la salvación el próximo sábado en El Molinón. Un momento ideal para volver a sumar 3 puntos.
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