El Entrefútbol, en dónde la practica no lleva a la perfección

sábado, 17 de julio de 2010

Puedo morir tranquila


Aquel lunes, me desperté demasiado temprano después de haber trasnochado el día anterior. Puedo culpar al calor estival, a la luz de la mañana, pero ese día no merecían cargar con la culpa ni uno ni otro. Me desperté temprano porque quería hacerlo. Froté mis ojos y las dudas comenzaron a abarrotar mi cabeza, ¿era verdad? ¿no había sido un sueño? Mientras preparaba la ducha con rapidez, encendí el ordenador. Café en mano, teclee en google varias direcciones de periódicos... Nervios, expectación...Ahí estaba.

Sí, era verdad. No había sido un sueño. Eran, éramos, campeones del mundo. Los recuerdos de la tarde - noche anterior no habían sido un espejismo, sino una maravillosa realidad. Había tocado el cielo al tiempo que esa copa se alzaba a los altares del firmamento, tras haber sentido el fuego del infierno a mis pies antes del gol de Iniesta.

Aún hoy no me lo creo. Son, somos, Campeones del Mundo. Yo, puedo morir tranquila.

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